Desde el pasado 6 de febrero, el destacado realizador y guionista cubano Arturo Sotto comenzó a filmar Boccaccerías mías, una película inspirada en el clásico Decamerón y su legado, de Giovanni Boccacio, según el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Consiste en una apropiación criolla muy particular de la famosa obra dividida en tres historias independientes que están enlazadas por un hilo central contadas con una elevada dosis de desenfado, irreverencia, sensualidad y en las que cohabitan pasiones ocultas en un ambiente citadino. Todo ocurre en el cuarto de un escritor que pasa por una crisis imaginativa, a la cual enfrenta tras las historias que van a contarle algunas personas con la esperanza de que estas crónicas de su cotidianidad se conviertan en personajes y temas de novelas.
Este proyecto cuenta con las actuaciones especiales de Tony Delgado, Jorge Perugorría, reconocidas figuras como Irela Bravo, Patricio Wood, Omar Franco, Félix Beatón, Luis Alberto García y el grupo Habana Compás Dance.
Concebido en formato digital, la dirección de fotografía correrá a cargo del experimentado Alejandro Pérez, la asistencia de dirección es de Roberto Viña, Carlos Urdanivia como director de arte; el diseño de vestuario es de Vladimir Cuenca, en el sonido Javier Figueroa, André Levin será el responsable de la música y la producción de Paco Álvarez.
Arturo Sotto es uno de los realizadores y guionistas más importantes de la Isla, cuenta entre su filmografía con películas memorables como Pon tu pensamiento en mi (1995), La noche de los inocentes (2007) y Amor Vertical (1997). Graduado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, las películas de este realizador han integrado la selección de festivales tan prestigiosos como el de Viña del Mar, Chicago, Sao Paulo, Toronto, Biarritz, Lima, Bruselas, Valdivia y Salónica.
El Decamerón es un libro de origen italiano, está constituido por cien cuentos de ellos –algunos son novelas cortas–-, y que fuera culminado por Giovanni Boccaccio en 1351, en los cuales tiene como temas comunes la fortuna, el amor y la inteligencia humana.
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