Carnavalito de Santa Fe

Lejos del corazón de La Habana, al oeste, se levanta la comunidad de Santa Fe, muy cerca del mar, luego de que el viajante pasa la Marina Hemingway y se adentra por la gran avenida que lo llevará a un pequeño pueblo de raíz de pescadores, en el que viven, entre otros artistas, el archiconocido actor y pintor Jorge Perugorría.
 Es una comunidad no contaminada por el turismo, muy humilde pero con una magia especial, sobre todo por el sentido de pertenencia de sus habitantes. Ellos mismos coinciden que ese pueblo es un espacio natural para soñar y apropiarse de esos mismo sueños para crear con pocos recursos, de ahí han surgido innumerables proyectos culturales y experiencias de símbolo local que sobrepasan las posibilidades materiales de quienes, oficialmente, llevan allí las riendas de la cultura, por esa constancia se celebra el Carnavalito. La tradición del Carnavalito se retoma desde la celebración del carnaval de esa localidad, antes de los años 60.  Hoy se dedica a los niños en sentido general, de ahí el diminutivo de Carnavalito; pero con el tiempo ha devenido también acción cultural comunitaria que aglutina a participantes de todas las edades tanto del pueblo como de las escuelas, quienes protagonizan y promueven los festejos y actividades. A ello se suman también las instituciones gubernamentales del territorio. Algo sugerente es su definición temática, pues el primer Carnavalito estuvo dedicado a la Historia de Cuba, luego el segundo se enfocó a la temática ecológica, especialmente con el mar, un vecino tan cercano para ellos y desfilaron bajo el lema “Salvemos la playa”; entonces también se enfatizó en el estudio y la investigación de los elementos marinos y los símbolos de las deidades del mar, sobre todo porque esta es una comunidad de gran arraigo de los cultos sincréticos. La tercera edición tuvo como epicentro a Latinoamérica, y las carrozas se construyeron y adornaron con elementos del folclor de las regiones pertenecientes al continente, mientras que la cuarta se centró en la solidaridad bajo el lema “Cuba por el mundo” y la quinta edición “Comunidad Laboriosa”. Por ser una comunidad sin muchos recursos materiales, los elementos ornamentales son construidos a partir de objetos reciclados de diversa índole como tiras de aluminio, maderas en desuso, tiras de tela, papel, nylon, alambres, desechos usables de la basura, cartón de las cajas de las tiendas, etc,  muchos de estos materiales son donados y reconstruidos por los participantes en el evento de manera voluntaria, creativa y sobre todo masiva.
 Al respecto de la celebración del Carnavalito una periodista escribió: Estar en Santa Fe el día del Carnavalito da la posibilidad de observar lo que se puede hacer por sostener y preservar, en una acción comunitaria, los festejos de un carnaval dedicado a niños, jóvenes y adultos. Es estar en la fantasía a toda costa de una celebración donde la participación popular más auténtica y ennoblecida toma cuerpo al lado de una mar intacta y llena de misterio.

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