Sory a la altura del Benny

Dos conciertos, matizados de distinción y entrega, fue el regalo de la cantante cubana Sory para esta temporada veraniega. Con la intención de homenajear al excepcional Benny Moré, un grupo de artistas, mayoritariamente jóvenes, la acompañaron en este empeño.

El espectáculo, mezcla equilibrada de originalidad y versatilidad, complació incluso a los más exigentes al proponer adaptaciones de temas clásicos interpretados por el Bárbaro del Ritmo en sonoridades contemporáneas. Un consumado “derroche” de talento garantizó el disfrute de los asistentes a la cita cultural ofertada en dos noches consecutivas.


Este concierto clasifica ya entre lo más acertado de la carrera artística de la joven intérprete quien hizo gala, sin falsas pretensiones, de sus cualidades tímbricas, acoplando en cada pieza su melódica voz e histrionismo.


Invitados de la talla de Rolando Luna y Emilio Morales, ambos reconocidos intérpretes de la pianística cubana, compartieron la escena con una pródiga Sory que los acogió con frases enjundiosas. Sentidas fueron también sus palabras en lo referente al Benny, a quien reconoció como figura indispensable para la cultura nacional e internacional.


Entre sones, guarachas y boleros transcurrió una agradable velada que además propició un íntimo contacto con el público en el pequeño recinto de la sala del Museo Nacional de Bellas Artes. La direccione artística fue a manos del reconocido actor y humorista Osvaldo Doimeadiós quien en los últimos tiempos ha apostado por la proyección escénica y la difusión cultural del arte cubano.


Y como ayer…hoy, fue el título de la gala dedicada al 50 aniversario de la desaparición física del Bárbaro del Ritmo, que coincidió con su cumpleaños 94 el día de la segunda presentación.


De nombre Bartolomé Moré y de formación autodidacta, Benny es unánimemente considerado uno de los más geniales artistas que ha producido nuestra música popular. Ese gran músico de todos los tiempos marco allí su omnipresencia por medio de una sobria escenografía, donde no faltó el bastón y el sombrero; así como de una pantalla con proyecciones de imágenes de su Santa Isabel de las Lajas querida y de la tumba donde descansan sus restos.


Un magistral dueto entre una enardecida Sory y la voz en off de Benny garantizaron una cerrada ovación final a este notable espectáculo musical cubano que de seguro quedará firme en la memoria de todos los concurrentes.    
 

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