Se somete a una intensa reparación el Teatro Martí en la Habana

El teatro Martí, obra insignia de la arquitectura y la cultura cubana está siendo sometido a un cuidadoso proceso de remodelación, con la consiguiente revitalización de sus espacios. El proyecto, a cargo de la Oficina del Historiador, ha devenido un verdadero reto para los preservadores del patrimonio nacional que lo asumen.

La edificación está situada en la frontera entre dos municipios capitalinos densamente poblados, Centro Habana y Habana Vieja. Esta ubicación ha conferido gran complejidad al plan restaurador por el exceso de tráfico de vehículos y peatones habitual en esta zona urbana.


A pesar de los múltiples tropiezos que ha enfrentado la obra constructiva ya se ven los resultados de tanta espera en el exterior de la pieza, que exhibe su pórtico casi a la usanza de sus mayores tiempos de gloria. Puertas, ventanas y vitrales, han sido seleccionados con esmero para devolver la imagen de la fachada antigua del lugar. Extendido este esfuerzo en su interior con la recuperación de palcos, platea y balcones, así como la zona de tertulia ubicada en el punto más alto del singular inmueble. 


Siglos de historia acompañan a esta joya arquitectónica de estilo neoclásico que data de 1884. Con una notable sobriedad y elegancia, fue inaugurado con el apellido de su propietario, Irijoa y a partir de 1900 es designado, definitivamente, con el nombre del Apóstol cubano.


El Coliseo de las cien puertas, como lo denominó el poeta bayamés José Fornaris, mostró en su escenario diversos espectáculos, desde compañías de bufos criollos hasta zarzuelas, operetas, vodeviles, entre otros. En su retablo tuvo lugar el estreno en Cuba de la ópera La Boheme, de Giacomo Puccini.


Esa magnífica instalación cultural ha sido testigo de gran parte de la historia nacional. En ella fue redactada la Carta Magna para la República de Cuba el 20 de mayo de 1902, y fue escenario de los candentes debates que originó la decisión del gobierno estadounidense de imponer como un apéndice a la Constitución la infame Enmienda Platt.


Nuevas instalaciones anexas permitirán facilidades de acceso a camerinos y escenario para el personal técnico. La sala estará completamente climatizada, pero este también ha sido un proceso costoso y complejo. Cuando culmine el proceso de reconstrucción el público invitado podrá visitar la instalación que hace gala de sus hermosos jardines para la espera de los entreactos y de su afamado telón pintado brindando un ambiente acogedor, lleno de cultura y evocaciones.

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