Guateque campesino cubano


Una de las tradiciones campesinas, de ascendencia española, y de mayor arraigo en los campos de Cuba son los llamados guateques. El guateque es sinónimo de celebración pero de monte, su típico ambiente es a la sombra de las palmas, en el patio de cualquier casa a la cual todos están invitados. Los motivos para su celebración son diversos, desde una boda, el fin de la cosecha, el nacimiento de un niño, o aún sin que exista algún evento importante en la vida de quienes lo organizan. Basta escuchar las claves, el tres, el laúd, el güiro, o los coros a veces inmersos en una pícara controversia.

Los asistentes no se distinguen en edad, son personas sencillas de campo que han conservado de generación estas tradiciones: puntos guajiros, tonadas, sucu-sucu –baile típico de una región oriental cubana–, guajiras, sones montunos.
Los momentos más esperados por sus asistentes a estas fiestas son el concurso del pie forzado en el cual los poetas a partir de una frase aportada por el público finalizan un verso; la controversia goza de gran popularidad que consiste en un duelo verbal en el que cada uno de los participantes se ridiculizan de manera jocosa, simpática. La décima es el momento de calma, es poesía que canta la vida del campesino, el amor, la tierra, la amistad, el desengaño, especialmente la décima criolla que acompaña al campesino cubano. La guajira es de origen andaluz aunque se atribuye su paternidad al compositor Jorge Ankerman (La Habana 1877-1941) autor de “El arroyo que murmura”, aunque toda la música que acontece en los campos de Cuba se le conoce como guajira, también existe como género musical independiente y es muy similar a la criolla y al punto cubano; se distingue por su ritmo cadencioso, con estilo pegadizo e invitando siempre al baile.

Como toda fiesta cubana no podía faltar el banquete, y en rústicas mesas de madera y taburetes se podrá disfrutar de los diversos platos entre los que reina el puerco. Desde preparado como masas fritas, o de manera tradicional es decir “ahogado” en su propia grasa, aderezado con pimienta, naranja agria, comino, el puerco frito distingue esta celebración. Lo acompañan otros platos como el típico congrís, los plátanos verdes fritos y aplastados bautizados como tostones, ensaladas de estación, la yuca con su sabroso mojito de ajo y limón, los dulces caseros: de coco, de boniato o malarrabia, entre otros, sin olvidar el aromático y delicioso café cubano. De bebidas desde el aguardiente de caña hasta el tradicional saoco preparado con el agua del coco, miel y limón. El ambiente es propicio además para escuchar las anécdotas de esos hombres de campo que desde que culmina esta fiesta ya van fijando la fecha del próximo encuentro.

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