El Valle de Viñales


Uno de los sitios paradisíacos de Cuba lo es sin dudas, el Valle de Viñales. Declarado Monumento y Parque nacionales, la UNESCO lo ubicó en la categoría Paisaje Cultural declarándolo Patrimonio de la Humanidad. Enclavado en la Sierra de los Órganos –en el grupo montañoso de la Cordillera de Guaniguanico–, en la provincia más occidental de la Isla: Pinar del Río; entre sus tantas cualidades están la conservación del medio ambiente en esa zona, el cultivo del tabaco mediante métodos tradicionales de cultivo y producción –han logrado el reconocimiento del habano, como uno de los mejores del mundo–, la armonía del hombre en la siembra de frutos menores, agregándole a ello la exquisita belleza de su paisaje, le han dado fama nacional e internacional.

El visitante podrá encontrar allí una mística complacencia entre la naturaleza y el silencio logrando un mayor confort; también, hermosos mogotes –formaciones montañosas únicas en la Isla que logran alcanzar centenares de metros de altura–, el contraste cromático entre el rojo del suelo con el verdor de los campos, las edificaciones construidas a la usanza aborigen y los conocidos vara en tierra y el legendario bohío; además de carreteras para el recorrido por el lugar, instalaciones turísticas, miradores y un centro espeleológico nacional. Allí la belleza está repartida en todas partes: la Cueva del Indio con su río subterráneo San Vicente –en ella, además de apreciar las estalagmitas y estalactitas, se han hallado pinturas y restos de ritos mortuorios de las culturas precolombinas–, las cuevas “La reina de las espeluncas” y la Gran Caverna de Santo Tomás, el maravilloso Mirador de los Jazmines, el Rancho San Vicente, las elevaciones Alturas de Pizarras –formación rocosas de más antigüedad en Cuba y el Caribe– y el reconocido Mural de la Prehistoria ubicado sobre el mogote Pita y que fuera obra del cartógrafo Leovigildo González Morillo en el cual se grafica la evolución de la vida natural en Cuba –en él se pueden apreciar aborígenes Guanahatabeyes, moluscos, animales gigantescos, especies de mamíferos; su retoque a pincel demora 5 años–.
Entre la variedad de flora encontrada en el lugar, se distingue el contraste con algunas especies de reliquia natural debido a la unión de los diferentes ecosistemas, especialmente en los ecotonos o zonas de transición que logra mayor riqueza en la diversidad de su fauna; allí se pueden encontrar 17 especies botánicas únicas en todo el mundo, entre ellas el máximo exponente es la Palma Corcho –declarada Patrimonio Nacional– de 150 millones años de edad, por ende la más antigua de las Antillas; junto a variedad de moluscos, reptiles, aves, mamíferos. Más de 40 sitios arqueológicos atrapan la atención del visitante en una característica interrelación con la historia antigua: 19 vinculados a las comunidades aborígenes –especialmente ritos funerarios–, y 28 asociados a los esclavos cimarrones de origen africano del siglo XIX.

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