El Hotel El Comendador, uno de los edificios insignia de la arquitectura hispano-mudéjar ubicado en la vetusta calle de la Obrapía esquina Baratillo, en La Habana Vieja, tiene uno de los restaurantes donde mejor se reverencia la tradición española: el restaurante Bodegón Onda.
A solo unos metros de la hermosa Plaza de San Francisco, donde hace muchísimos años atrás existiera la carnicería más antigua de La Habana se levanta este establecimiento en la otrora residencia del Comendador de la Orden de Isabel la Católica, don Pedro Regalado Pedroso y Zayas.
El exquisito aroma de las tapas a base de tortilla española, garbanzos fritos, estofado de ternera, variedad de arroz y albóndigas en reducción de vino tinto, entre otros platos típicos, se conjugan con las brisas que provienen de la legendaria bahía habanera.
A todo ello súmele una buena selección de bebida, ya sea las mismas del bar o con un exquisito vino ibérico, argentino o chileno provenientes de unas singulares bodegas que no solo tiene su sello de calidad en la antigüedad sino en las relaciones comerciales con la Isla: las Bodegas Torres.
La historia de las Bodegas Torres data del siglo XIX, cuando en 1855 Don Jaime Torres decide viajar a la Isla en busca de fortuna y logra emplearse en una tienda de ultramarinos. La suerte le sonríe a Don Jaime y logra levantar su propio comercio. Desde el puerto de Barcelona recibía productos típicos y vinos provenientes de Cataluña, específicamente de su hermano Miguel. Estos los ofrecía especialmente a los recién inmigrantes de entonces que, como ellos, decidieron probar suerte en la Isla, pero como una manera de mitigar la añoranza por la lejana España. Pero no es hasta 1870 que los hermanos se unen y funden Bodegas Torres.
Por ello, Bodegón Onda tiene entre sus objetivos pues hacer sentir como en familia y rodeado de buenos amigos a sus clientes, al compartir la mesa.
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