Ante una de las emblemáticas presentaciones del Ballet Folclórico de Cuba, El Nuevo Herald dejaba constancia en sus páginas: “Así llegamos al plato fuerte del repertorio de la agrupación, música, cantos y bailes afrocubanos de origen lucumí que cautivan al espectador. Comienza la fiesta de los sentidos, la mágica envolvente de la percusión. Ejecutada por..., maestros en el arte de la percusión cubana, tanto sagrada como de carácter profano, los tambores encandilan la audiencia. Dinámico y misteriosos los Batá (tres instrumentos ambipercusivos de origen sagrado, pero que suenan como un hipotético tambor de seis membranas) anticipan el clímax de la función. Se funden con este seductor sonido danzas sabiamente diseñadas... continúa el programa con danzas también de atractivos ritmos y colorido, pero mas contemporáneas”. Y es que esta agrupación de la danza y la música de origen africano en la Mayor de las Antillas, que se encuentra entre las más importantes junto a Danza Contemporánea de Cuba y el Ballet Nacional de Cuba, sigue celebrando sus 50 años de creado.
A propósito del onomástico, la compañía está presentando el espectáculo “Okún” como parte del XI Ciclo Internacional de Danza organizado por el Teatro de Rojas, el sábado pasado en el Auditorio del Palacio de Congresos “El Greco” de Toledo.
Según declaraciones de representantes del Ballet, en “Okún” se expresa la raíz de la danza y la música, una fusión del folclore con diversos danzas y ritmos los cuales han evolucionado desde su esencia africana hasta la actualidad, conformando un show “vibrante, rítmico, apasionado y extraordinariamente visual con cambios de vestuario y escenarios que evocan tradiciones populares con asombrosas piezas coreográficas sostenidas por el virtuosismo de sus bailarines”.
Reconocida por sus labores de rescate y rehabilitación de las raíces danzarias y musicales de origen africano en Cuba, el Ballet Folclórico Nacional ha ofrecido más de mil ochoscientas representaciones en giras internacionales por Europa, América y Asia, en los más prestigiosos escenarios de París, Moscú, Leningrado, Lima, New York, México, Madrid, Canadá, Florencia, Varsovia, Bogotá, Argel, Washington, Mozambique, Zambia, Ghana, Angola, Berlín, Guanajuato, entre tantos otros.
Lo avalan además de la gran aceptación de su público, los premios y diplomas de reconocimientos nacionales e internacionales como El Tonel de Oro y el Collar de Plata, recibido en las Fiestas Internacionales de La Viña de 1975, en Dijón, Francia; la Usuta de Oro en el Arequipa en Perú; el Templo de Oro en el Festival del Almendro en Flor, Agrigento, Sicilia, Italia; La Bandeja de Billinghan en Inglaterra entre muchos otros.
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